Debido a muchos factores culturales, religiosos o ideológicos vemos los temas referentes a la sexualidad humana como un tabú. Esto no debe ser así, ya que este aspecto es una característica inherente del ser humano. Todos en algún momento de nuestras vidas hemos necesitado el sexo, incluso para existir es requerido. Si se ve el sexo desde la parte de las relaciones amorosas, éste es uno de los pilares de mayor importancia, pero si se desconoce sobre ello se pueden cometer errores irreparables.
Siempre se ha querido ocultar las verdades sobre el sexo, nos ponemos rojos al tocar el tema y las conversaciones al respecto suelen ser censuradas, sobre todo entre personas adultas hacia los jóvenes. Nos avergonzamos o nos da miedo reconocer que carecemos información o que tenemos inquietudes al respecto, porque la sociedad cataloga este hecho como algo inmoral.
Es momento de que esta mala práctica sea erradicada, se pueden evitar muchos problemas si hablamos con los niños, jóvenes y adolescente sobre la sexualidad, si se les ayuda a conocerla antes que ellos, por sus propios medios, investiguen sobre el tema. Iniciemos indicándoles los nombre correctos de cada parte del cuerpo (sobre todo las partes del aparato reproductor) vamos a dejar de inventar historias sobre cigüeñas, explosiones de burbujas y demás para explicar de dónde vienen los bebés, hablemos con la verdad, siempre sin caer en lo vulgar. De acuerdo a la edad del niño se debe explicarle, entre menos edad menos gráficamente, a fin de que no le teman al sexo, pero que tampoco sean engañados.
Definitivamente, para romper con patrones y tabúes se debe hablar sobre ellos, si queremos que el acto de reproducirnos y poblar la tierra descrito en La Biblia sea efectivo, debemos hablar sobre sexo.
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