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jueves, 28 de agosto de 2014

Algunas buenas razones para besar más

Uno de los videos más virales de las últimas semanas fue el cortometraje de Tatia PIlieva, Primer beso. Se trata de una campaña para la marca de indumentaria Wren, donde la realizadora reunió a 20 desconocidos para que se dieran un beso. El resultado es una encantadora producción de tres minutos y medio en la que pueden verse las sensaciones propias de este tipo de encuentros: incomodidad, deseo, decepción, pasión y, por qué no, amor.

Más allá de la percepción de cada participante, lo concreto es que ninguno permaneció inalterado durante el encuentro. Es que el beso no es una sólo una forma de contacto corporal, sino que es también una expresión social e individual, capaz de producir intensas modificaciones físicas y psíquicas.

Al igual que ocurre con las caricias, que refuerzan los lazos sociales, los besos tienen el potencial de conectar a las personas de forma única e irrepetible. Además de ser una poderosa herramienta de placer, los procesos fisiológicos que generan pueden provocar cambios hormonales y en el humor, que se traducen en un mejoramiento del sistema inmune. De acuerdo a algunas investigaciones, sus principales beneficios para la salud son:

1. Reducen el estrés: Para Carey Wilson y Wendy Colina, profesionales de la Universidad de Lafayette en Estados Unidos, “besar desata un cóctel de sustancias químicas que gobiernan el estrés, la motivación, la vinculación social y la estimulación sexual en los humanos”. Los investigadores llegaron a estas conclusiones luego de medir en un grupo de estudiantes los niveles de dos hormonas claves antes y después del beso: la oxcitocina -relacionada con la vinculación social- y el cortisol -que juega un papel determinante en el estrés-.

Luego de besarse, los participantes de ambos sexos mostraron descensos en el cortisol y aumento en la oxitocina, por lo que los autores deducen que uno de los grandes beneficios para la salud se relaciona con la reducción del estrés.

2. Disminuyen la presión arterial: De acuerdo a la experta Andréa Demirjian, autora del libro Besos: Todo lo que usted siempre quiso saber acerca de uno de los placeres más dulces de la vida, esta actividad ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y generar una correcta irrigación hacia los órganos vitales.

3. Queman calorías: Bryant Stamford, de la Universidad de Louisville en Estados Unidos, explica que besarse apasionadamente puede generar el desgaste de, al menos, dos calorías por minuto. Además, es una actividad en la que se involucran 30 músculos faciales, ayudando a prevenir arrugas y tonificar mejillas y mandíbula.

4. Mejoran la resistencia a las alergias: En 2003, investigadores japoneses encontraron que besarse durante 30 minutos puede reducir la producción de histamina, sustancia química causante de muchos de los síntomas de las alergias. Si bien en ese entonces los besos no eliminaron la afección, sí redujeron algunas reacciones nasales y cutáneas.

5. Promueven la autoestima: Los besos estimulan la producción de endorfina, una sustancia que, además de aliviar el dolor, provoca cierta sensación de placer y bienestar. Es por eso que se dice que las personas que besan con mayor frecuencia son felices, optimistas y seguras de sí mismas.

6. Ayudan a la higiene bucal: Aunque parezca contradictorio, al estimular la producción de saliva, los besos ayudan a neutralizar los ácidos que causan caries y a eliminar las partículas de comida. Incluso, las sales minerales de esta sustancia podrían reforzar el esmalte dental.

Como se indica en la web especializada worldental.org, “alrededor del 80 por ciento de las bacterias en la saliva son comunes a todo el mundo y el 20 por ciento es única en cada individuo. El intercambio de saliva al besar estimula el sistema inmune para crear anticuerpos ante las bacterias ‘extranjeras’, un proceso que ayuda a combatir las infecciones”.

Ahora que conoces todos estos beneficios es hora de que te decidas a besar. Para que lo hagas más segura y distendida, te invitamos a chequear estos consejos.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Problemas que pueden estar afectando tu deseo sexual

Hasta hace algunas décadas el sexo era un tema tabú, en especial para las mujeres. Por suerte hoy se vive con mucha más libertad que en la época de nuestras madres y abuelas, asumiendo un rol activo sobre lo que queremos y lo que nos preocupa. Aunque aún queda un largo camino por recorrer, cada vez más mujeres se animan a dialogar sobre sus experiencias con su pareja, amigos o especialistas, logrando de esta manera tratar y resolver algunos conflictos típicos de la sexualidad.
Esto es lo que muestra cada episodio de Entre las sábanas, una serie donde la sexóloga Alessandra Rampolla y el neurocientífico Jack Lewis deben ayudar a hombres y mujeres que experimentan problemas en su intimidad. Los participantes exponen sus conflictos sexuales con un único objetivo: recuperar la pasión y salvar su relación. Falta de confianza en el cuerpo, infidelidad, maternidad, escasez de tiempo o una rutina agobiadora son algunos de los motivos que boicotean su deseo y hasta amenazan con provocar una separación.
¿Tú también sientes que entre tú y tu pareja se está apagando la llama de la pasión? Entonces es hora de actuar: entérate aquí qué les puede estar sucediendo antes de que sea demasiado tarde (clickeando en cada imagen encontrarás algunas soluciones).

Baja autoestima

Los problemas de autoestima perjudican el deseo sexual

La falta de confianza en uno mismo suele tener un impacto negativo en el sexo, en especial si el problema está relacionado con el cuerpo. En el episodio uno de la serie, los jóvenes Catriona y Kyle se ven afectados por esta situación y acuden a los especialistas para romper con el pudor debajo las sábanas. Además, Rampolla y Lewis hacen una prueba para identificar las zonas del cuerpo con las que las mujeres suelen sentirse avergonzadas: paradójicamente, esas áreas son las que los hombres encuentran más atractivas.

Monotonía

La rutina, la peor enemiga del sexo
Rampolla define al enamoramiento como una ‘demencia temporal’. Es probable que con el paso de los años y la rutina disminuya el deseo sexual en las parejas estables, como les ocurre en el episodio tres a Barry y Elvisa: ambos ven reducida su libido y deben hacer algo si quieren salvar la relación. Para la sexóloga, dialogar sobre este tema y apostar al romanticismo o a los juegos previos es clave para la solución.

Falta de tiempo

Encontrar el espacio para la pareja es fundamental
La poca dedicación a los espacios en pareja es un gran enemigo del deseo sexual. Las tareas diarias llevan a que muchas personas consideren que no tienen tiempo para la intimidad, concretando de esta manera encuentros rápidos y esporádicos. En el episodio cuatro Amani y Daurell tienen que dejar de concentrarse tanto en el trabajo para disfrutar de más momentos de intimidad. Para Rampolla, una buena forma de lograrlo es cambiar ciertos horarios: por lo general queremos tener relaciones al acostarnos, momento del día en el que estamos más cansados y desanimados. Promover el contacto durante la mañana o la tarde puede ser una excelente opción.

Cambios hormonales

A mayor nivel de testosterona, más placer 
Muchas veces la falta de deseo sexual no pasa por la estimulación sino que tiene que ver con el nivel hormonal. En el episodio dos, Rampolla y Lewis estudian cómo impacta la testosterona en la libido de ambos sexos: mediante análisis de sangre, los expertos demuestran que a mayor cantidad de esta sustancia, mayores probabilidades de tener experiencias sexuales positivas.

Estrés o depresión

El estrés y la depresión disminuyen o anulan la libido
El estado de ánimo impacta directamente en la vida sexual de una pareja. Por lo general, la persona que atraviesa por un momento de estrés o depresión siente disminuida su libido, más allá de los esfuerzos que haga para mejorarla.
Un factor estresante puede ser, por ejemplo, el período de posparto, donde ambos deben adaptarse a un cambio radical. Esto es lo que les sucede a Yolanda y Tommy en el episodio cuatro: además de la modificación de su rutina, luego de parir ella comienza a atravesar una crisis por el estado de su cuerpo. Tratar el problema de raíz –por ejemplo a través de la meditación, el yoga o la terapia- puede ser de gran ayuda en la pareja.

Condiciones de salud

Algunas condiciones de salud pueden alterar el deseo sexual
En el episodio dos Amanda y Frank se enfrentan a una gran frustración: ella no puede llegar al clímax. La pareja suele dialogar sobre el tema y ya ha probado varias maneras de encontrar la solución. A veces puede suceder que, cuando todo falla, el problema no sea la falta de estimulación sino condiciones que tienen que ver con el propio cuerpo.
La anemia, el hipertiroidismo, la diabetes, la menopausia o las enfermedades del ciclo femenino pueden ser algunas de las causas. Ante la menor duda, lo mejor es consultar al médico.

Problemas de pareja

Los problemas de pareja también atentan contra la vida sexual
La falta de deseo sexual afecta a la relación marital, pero también puede darse a la inversa. Cuando una pareja no está atravesando por su mejor momento, eso sin dudas se reflejará entre las sábanas –incluso algunas personas pueden seguir sintiendo deseo como siempre, pero no con su compañero-.
En el capítulo dos Kerrie y Neil tienen que superar conflictos de confianza e infidelidad si quieren tener una mejor vida sexual, mientras que en el cinco Dale y Rowan deben dejar de lado las discusiones diarias para lograr un mayor contacto íntimo. Analizar a tiempo qué es lo que está sucediendo y hacer algo al respecto determinará el éxito o el fracaso de la relación.